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Conóceme

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Soy Gemma Sanz

Lo que me motiva  a estar aquí es creer en las personas, en los niños y en las niñas, en las relaciones, en la fuerza de la maternidad y de la paternidad. Y sobre todo, creer en la grandeza de la Vida y en la oportunidad que es para realizarnos como personas y disfrutar de vivir.

Las dificultades que me he encontrado me han servido para crecer como persona y para alcanzar cada vez mayor bienestar.

A través de Maternidad Esencial quiero apoyarte para que tú también encuentres la satisfacción de ser madre, de ser padre, de VIVIR.

MI PROPÓSITO

Tengo un gran propósito:

revalorizar la maternidad, la paternidad
y el cuidado de los niños pequeños.

Porque cuidar no es nada menos que
crear las condiciones para que se despliegue una nueva vida

No hay nada más complejo y delicado
que crear cimientos sólidos para una nueva vida
Y precisamente por ello,
cuidar nos enriquece y nos hace crecer como personas.
Cuidar nos conecta con lo esencial.

MI HISTORIA

Con el anhelo de una vida interesante, en mi juventud me lancé a la búsqueda del éxito profesional. Estudié Ingeniería Industrial, trabajé en Inglaterra y me adentré en el mundo de las grandes empresas. Pero resultó que en vez de éxito encontré aburrimiento y decepción. Cada vez me dolía más la falta de alegría por la vida, que empezaba a aceptar como "normal".

En 1998 nació mi único hijo. Viví la maternidad como la crisis vital y el encuentro con mi sombra que tan bien describe Laura Gutman en sus libros. Por suerte, me encontré con otras mujeres, madres como yo, con las que compartí momentos maravillosos. Y que me sirvieron de apoyo para abrirme al mundo de sentimientos y de realidades vitales que mi hijo me traía.

Decepción, crisis y recién nacido en brazos, ya no podía escapar de la doble pregunta que surgía en mi interior:

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¿qué es lo que verdaderamente quiero para mi hijo; qué el lo que verdaderamente tiene sentido para mí?

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En búsqueda de respuestas, tuve el inmenso privilegio de conocer personalmente a Mauricio y Rebeca Wild, creadores de la pedagogía no directiva. Desde el primer momento me enamoré de su confianza en el ser humano y su pasión por la vida. Aunque necesité bastantes años, muchos “errores” y mucha reflexión para llegar a comprender sus palabras en toda su magnitud.

Inspiradas en su trabajo, en 2000, varias familias empezamos a poner los cimientos del proyecto educativo que hoy es Alavida, en el que participé de diversas formas durante 9 años.
Fueron 9 años llenos de momentos maravillosos, viendo con mis propios ojos el sorprendente despliegue de la vida cuando las circunstancias son adecuadas. Y también de muchas dificultades, que me mostraron que en el camino de la no directividad no bastaba con saber, ni siquiera con comprender; era necesario un crecimiento personal.

Así fue como hice mi segundo gran descubrimiento: el trabajo de The Work, de Byron Katie. The Work me permitió llevar al corazón muchos planteamientos que se habían quedado sólo en mi cabeza. Superar miedos y expectativas, y aprender a aceptar y amar a la persona de carne y hueso que es mi hijo, y a la madre real que soy yo.

En 2011 inicié mi propio proyecto como madre de día, La Casa Rosa, un segundo hogar para niños y niñas menores de 3 años. Durante 10 años he seguido maravillándome de la gran inteligencia de la vida manifestándose de forma diferente en cada niño y cada niña. Y he seguido aprendiendo a permitir que se despliegue en todo su potencial.

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En todos estos años, mis intereses y valores, y sobre todo, mi sentimiento vital han cambiado por completo. Ahora, a mis 55 años, siento una profunda alegría de vivir que no sentía con 20 ni con 30 años.

Desde hace 9 años ofrezco formaciones en las que comparto todo lo que he aprendido con otras madres, padres y educadoras. También les acompaño en sus procesos personales como Coach The Work.


Y mi hijo, desde los 20 años, disfruta “cacharreando”, como él dice, los equipos electrónicos que fueron siempre un misterio incomprensible para mí, aunque pasé estudiándolos muchos más años que él. Y lo ha convertido en su profesión, ¡por ahora!

¿ QUÉ ME AVALA PARA ESTAR AQUÍ?

Decepcionada de la enseñanza institucionalizada, llevé a cabo mi propia búsqueda de conocimiento en formaciones no regladas y en autores con un rico camino personal.

Lo que aprendí de ellos me inspiró y amplió mi mirada, aunque fueron las vivencias cotidianas con los niños, y después con otras madres y padres, lo que dieron un verdadero significado a estos conocimientos.

Formación

Experiencia

La Casa Rosa

LA CASA ROSA

La Casa Rosa ha sido, durante casi 10 años, un segundo hogar

para 4 niños y niñas menores de 3 años.

Empezábamos el día en la habitación de jugar, donde cada niño, cada niña,

se entregaba con pasión a descubrir y experimentar la vida en la forma

que tenía sentido sentido para él, para ella.

Una terraza cerrada permitía jugar

con la arena en invierno, y con el agua en verano.

Cada día salíamos al parque del Retiro, en el que disfrutábamos

de la riqueza que proporciona la naturaleza:

sentir el frío y el calor, el sol, el viento, la lluvia, el cambio de las estaciones,

jugar con la arena, subirse a los árboles, meterse en los charcos...

Después volvíamos a casa para comer y dormir la siesta,

momentos que nos permitían los encuentros cercanos donde se manifiesta el amor.

La Casa Rosa ha sido un testigo privilegiado del despliegue de la vida

de más de 25 niños y niñas.

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